Osteoporosis y artrosis (II)
Tal y como estaba pendiente, hoy vamos a hablar de los tratamientos farmacológicos disponibles en estos dos casos: osteoporosis y artrosis.

Antes de entrar en materia con los fármacos, tenemos que saber que la estructura de nuestros huesos se va renovando periódicamente, del mismo modo que el pelo cae y vuelve a salir pelo nuevo. Los osteoclastos son las células que se encargarán de ir destruyendo el hueso "viejo", mientras que los osteoblastos irán formando nuevo hueso. En una persona con osteoporosis, normalmente nos vamos a encontrar dos problemas: una mala mineralización ósea y una velocidad de degradación del hueso mayor que la velocidad a la que éste se reconstruye. Por tanto, los tratamientos que nos encontremos incidirán en estos problemas.
Así pues, los tratamientos farmacológicos para la osteoporosis más frecuentes son:
Bifosfonatos: son un tipo de fármaco que funciona reduciendo la velocidad a la que el hueso se recambia. Normalmente utilizaremos aquellos que se toman vía oral, en forma de comprimido o cápsula, aunque también existen intravenosos. Han demostrado reducir las fracturas de columna y cadera, y tienen ya muchos años de uso. Evidentemente, también tienen sus efectos secundarios, sobre todo a nivel gastrointestinal (se recomienda estar media hora de pie tras su toma para evitar reflujos y similar... ¿curioso, verdad?). Aunque el efecto secundario más grave, pero poco frecuente, es la osteonecrosis mandibular.
Denosumab: se trata de un tipo de fármaco englobado dentro de los anticuerpos monoclonales. Más novedoso, no tiene el efecto secundario a nivel mandibular pero hay que cumplir una serie de requisitos para ser candidato a poder utilizarlo. Se utiliza como inyectable, y se administra cada seis meses.
Teriparatida: es un fármaco que emula en cierta forma la función de la PTH, de modo que favorece el depósito de calcio en el hueso.
Tratamientos hormonales: estrógenos (en mujeres en tratamiento hormonal sustitutivo) y calcitonina.
Quizá los más ampliamente utilizados hasta el momento hayan sido los bifosfonatos, así que es probable que, si tienes osteoporosis, te hayan ofrecido o estés utilizando alguno de ellos. Hazme saber si te interesaría que hablásemos más a fondo en otra entrada sobre ellos, y las diferencias entre cada uno de los bifosfonatos que existen en el mercado.

Respecto del tratamiento para la artrosis, se recurre a dos abordajes fundamentalmente: reducir el avance y mitigar el dolor. Dos aspectos que no solo NO son excluyentes, sino que son complementarios.
Para enlentecer el avance de la artrosis, los tratamientos farmacológicos convencionales no nos pueden aportar un gran beneficio, pero sí contamos con algunos productos de suplementación que pueden ayudar. Seguramente estés pensando ahora mismo en el colágeno, pero los estudios hasta el momento no han logrado demostrar beneficio de la toma de colágeno. En ese sentido, yo recomendaría más bien un abordaje nutricional, donde nos garanticemos el aporte adecuado de proteína por medio de la alimentación, ya que si logramos un aporte proteico óptimo en la dieta, también optimizaremos todos los procesos de formación y remcabio de tejidos, incluido el cartílago articular. Otros compuestos sí que tienen algo más de evidencia, como el condroitín sulfato o compuestos antiinflamatorios, como los curcuminoides, que reciben su nombre de la cúrcuma, y han demostrado en estudios recientes una eficacia similar a la de otros antiinflamatorios convencionales.
En cuanto al tratamiento del dolor derivado de la artrosis, el manejo adecuado de la escalera terapéutica de la Organización Mundial de la Salud es fundamental: disponemos a día de hoy de un arsenal muy variado de tratamientos analgésicos, antiinflamatorios, opiáceos, coadyuvantes... tu médico adaptará el tipo y dosis de fármaco que necesitas en función de tu caso particular. Como siempre, de forma dinámica, pues muy muy pocos tratamientos son crónicos de verdad, y siempre hay opción de revisar el global de tratamientos que una persona toma y optimizarlo para obtener los máximos beneficios con el mínimo número posible de fármacos.
Si te interesa leer más al respecto, te dejo por aquí otras fuentes interesantes de información: