SIBO: ¿hacer pruebas primero o empezar FODMAPs?
Cuando nos enfrentamos a un diagnóstico de sobrecrecimiento bacteriano, sabemos que habrá que hacer ajustes en la alimentación, y muchas veces incluso realizar de forma temporal un protocolo FODMAP, pero... ¿mejor hacer directamente dieta o hay que hacer algún tipo de prueba antes?

El SIBO (sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado) es un diagnóstico poco conocido, poco diagnosticado, pero mucho más frecuente de lo que parece en una sociedad como la nuestra, donde el abuso de ultraprocesados, alcohol y demás alimentos de consumo ocasional es la tónica.
Una seguidora de Instagram me hacía la semana pasada esta pregunta: ¿si se tuviera SIBO, hacer pruebas antes o empezar directamente dieta FODMAP? Así que, tal y como os dije, os dejo aquí mi razonamiento acerca de por qué opino que no tiene sentido tratar antes de diagnosticar (salvo excepciones muy, muy contadas):
Razón #1 - Hay diferentes tipos de SIBO
El SIBO no es una única entidad. Dentro de todas las bacterias que pueden experimentar un sobrecrecimiento, las hay que al fermentar producen fundamentalmente hidrógeno (dando un subtipo de SIBO que llamamos "SIBO de hidrógeno"). Del mismo modo, otras sobreproducen metano ("SIBO metano") y otras, sulfuro ("SIBO sulfuro").
Esto implica que para cada persona, habrá que individualizar tanto el tratamiento (convencional farmacológico o herbáceo, dieta especializada para cada paciente).
Por eso, se hace necesario realizar la prueba correspondiente para detectar el subtipo concreto de SIBO que la persona padece, y por tanto, adaptar el tratamiento a las necesidades concretas que dicha persona presente.
Razón #2 - Hay diferentes tipos de tratamiento
Dentro de las diferentes opciones de tratamiento, no solamente encontramos el protocolo FODMAP, sino que también disponemos de tratamientos farmacológicos con antibióticos de diferentes tipos, con indicaciones particulares.
Para poder dar a una persona el mejor tratamiento posible, hay que conocer bien el SIBO que presenta: ¿qué estilo de vida lleva y cómo impacta en su alimentación? ¿tiene el paciente algún otro problema digestivo (celiaquía, esófago de Barret...) que contraindique alguno de los tratamientos?
Siempre se puede hacer un tratamiento únicamente con alimentación, pero en casos más concretos, más rebeldes, habrá que apoyar con fármacos, y debemos conocer el caso y al paciente al detalle para poder escoger la opción más correcta.
Razón #3 - Tratar erróneamente puede complicar el cuadro
Esto es algo que ocurre en cualquier enfermedad o síndrome. Pongamos por ejemplo el caso de la tiña de la piel, que se trata de una sobreinfección por hongos. Si erróneamente tratamos la lesión cutánea como un eccema (y damos corticoides en lugar de antifúngicos) la lesión cambiará de aspecto, no curará (no era el tratamiento correcto) y al tener un aspecto diferente, se dificulta llegar al tratamiento correcto, haciendo que el problema se prolongue en el tiempo.
Con el SIBO, y con la mayoría de problemas de salud, no es diferente: a veces vale la pena empezar a tratar más tarde y hacerlo bien, que apresurarnos y generar más daño que beneficio.

Consulta siempre con un especialista
En términos de salud, no se puede jugar. Es nuestro bien más preciado, lo más valioso que tenemos y lo que nos permite rendir en el resto de los aspectos de la vida, así como disfrutar de la misma. Si tienes algún problema digestivo, consulta con un profesional antes de tomar ningún tipo de suplementación o tratamiento, o antes de iniciar cualquier dieta que veas por internet. En consultas, te puedo ayudar a estudiar qué te pasa, y darte una opción de tratamiento adecuada.